¿Cómo medir la felicidad en empresas y organizaciones?

Exploramos las diferentes alternativas para medir la felicidad en las empresas desde la aceptación de la subjetividad de nuestro estado de ánimo.

“La felicidad no se puede medir.”

Aunque llevamos más de 5 años midiendo la felicidad en las empresas, oigo esta frase con relativa frecuencia.

No estoy de acuerdo.

Lo que es interesante es que profesores, médicos, psicólogos y el público en general aceptamos que se puede medir (diagnosticar) la depresión, la ansiedad o el estrés. Pero nos cuesta aceptar que se pueda medir la felicidad.

La semana pasada un cliente me preguntó: “¿Qué modelo científico usáis para medir la felicidad en Happyforce?”.

Para dar respuesta a esta pregunta recopilo distintos enfoques que los investigadores han probado para medir la felicidad:

  1. Biológico. Los científicos llevan años buscando marcadores biológicos (hormonas y neurotransmisores) para la felicidad. Pero el éxito de estos estudios ha sido muy bajo. De la misma manera que unos bajos niveles de serotonina indican un estado depresivo, unos niveles altos de serotonina no se relacionan con un estado de felicidad. Aunque este método fuera fiable, no me imagino tomando muestras de sangre y saliva a mis colegas de trabajo para medir su felicidad 🙂
  2. Por comportamientos. Estos mecanismos pretenden estimar el nivel de felicidad observando factores como la frecuencia con la que una persona sonríe, el uso de emoticonos en los mensajes o el tipo de palabras que se usan para comunicarse, tanto por escrito como hablando. Conozco alguna empresa friki que ha puesto una cámara en la entrada de la oficina y mediante el reconocimiento de los gestos genera un informe de felicidad a medida que las personas pasan por delante.
  3. A través de otras personas. Este mecanismo consiste en evaluar la felicidad de una persona a través de cómo lo perciben el resto. Por ejemplo, cuando a unos padres les preguntan si sus hijos son felices. Este mecanismo es muy limitado, pues se ha demostrado que las personas somos tremendamente malas para evaluar y reconocer estas emociones en los demás. No podemos evitar introducir un sesgo en base a nuestra manera de vivir las emociones. ¿Te imaginas evaluando tu sólo el nivel de felicidad de cada miembro de tu equipo?

¿Cuál es entonces el mecanismo para poder medir la felicidad en mi equipo, departamento o empresa?

La mejor manera de medir la felicidad es la auto-evaluación

El único dominio en el que los humanos tenemos la verdad absoluta es en el de nuestros propios sentimientos y experiencias.

Los médicos saben esto desde hace mucho tiempo. Cuando te has sometido a una operación o tienes algún dolor, el médico te pregunta, «En una escala del 1 al 10, siendo 10 el máximo, ¿Cuánto dolor sientes?».

Si tu dices «seis», tu médico ajustará el tratamiento a esa respuesta. En ningún momento pondrá en duda tu valoración diciendo «Pues yo te veo más tirando para un 4…».

No importa cuantas operaciones iguales haya realizado antes. No intentará entender qué significa tu «seis», ni ver si por cualquier diferencia cultural tu «seis» no es en realidad un «seis. Tampoco tiene sentido hacer sesiones de calibración con otros médicos para asegurarse que tu «seis» es igual que otros «seis» en el mismo hospital.

Tu médico sabe que tú eres el mejor juez para tu dolor y que la cosa estará mejor cuando evalúes tu dolor por debajo del 6. La evaluación de tu dolor es tuya, no del médico.

De la misma manera que tu médico no tiene la verdad sobre tu dolor, tus colegas, familiares o algoritmos de reconocimiento facial no tienen la verdad sobre tu nivel de felicidad.

Es por este motivo que el sistema que mejor funciona es la auto-evaluación de la felicidad.

No obstante, la evaluación subjetiva y personal de nuestro estado de ánimo o felicidad presenta algunos retos: el principal problema es nuestra memoria de pez, que hace que la emoción más reciente sea la que predomina.

Happiness

La pregunta que se usa más habitualmente para evaluar nuestro nivel de felicidad es similar a esta:

«Tomando en consideración todos los aspectos, ¿cómo de satisfecho estás con tu vida en una escala del 0 al 10?«

¿Cómo responderías a esta pregunta si te acaban de ascender en el trabajo? ¿Y si acabas de venir de un atasco en el que te has enzarzado en una pelea con otro conductor?

Nuestra percepción de felicidad es muy transitoria y subjetiva. Por lo que es inevitable que los acontecimientos recientes produzcan un sesgo en nuestra valoración.

Es por este motivo que en muchas empresas se lanza la encuesta de clima anual sospechosamente justo después de haber comunicado las subidas salariales.

¿Cómo podemos reducir el ruido que introduce esta subjetividad?

Auto-evaluarnos con frecuencia reduce el ruido generado por nuestra subjetividad

En estadística se usan principalmente dos mecanismos para reducir el error aleatorio: incrementar el número de muestras y/o promediar.

En vez de preguntar una vez al año por la satisfacción de una empleada o empleado, debemos hacerlo con frecuencia y agregar el resultado de todas estas muestras.

Esto nos permite tener una medición que llamamos Índice de Felicidad (Happiness Index) para un periodo de tiempo determinado.

Medir la felicidad en la empresa agrupando los resultados individuales: el Happiness Index

Finalmente podemos agregar el Happiness Index de varias personas para calcular el nivel de felicidad o satisfacción de todo un colectivo.

Esto se hace tanto para un equipo, un departamento o toda una organización. Incluso se realiza a nivel de país como puedes ver en el World Happiness Report que se publica cada año.

Inicialmente puedes usar una simple media aritmética para agregar las mediciones. En nuestro caso hemos ido sofisticando esta fórmula de manera que le damos más peso a las mediciones más recientes y amortiguamos los extremos.

Fórmula de la felicidad
Aquí puedes ver el borrador de la fórmula original que nos propuso nuestro amigo Nando en los inicios de Happyforce

En resumen: medir la felicidad en las empresas es posible

  • Hay muchos modelos y teorías para medir la felicidad en las organizaciones, podemos complicar la búsqueda todo lo que queramos, pero al final nos damos cuenta que la solución más sencilla, es la más eficaz: la autoevaluación de nuestro estado de ánimo
  • Como nuestra percepción de felicidad depende mucho de las últimas vivencias o experiencias, debemos evaluar nuestro estado de ánimo con frecuencia y promediar para obtener una métrica fiable
  • Para medir la felicidad en empresas y organizaciones podemos obtener el Happiness Index de un colectivo agregando las métricas de los individuos.

Preguntar con frecuencia tiene además un efecto colateral muy importante: al simple hecho de que nos pregunten «¿Cómo de feliz estás hoy?» aumenta nuestro nivel de conciencia sobre nuestro estado de ánimo, lo que constituye el primer paso para mejorarlo.

Ser conscientes de cómo el día a día afecta en nuestro estado de ánimo es el primer paso para mejorarlo.

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