¿Qué tipo de liderazgo en la empresa esperan las nuevas generaciones?

Es innegable que la sociedad cambia con el paso del tiempo, y con ella la escala de prioridades y valores; los entornos laborales no quedan ajenos a esta metamorfosis, por lo que el liderazgo en la empresa también se ve afectado por las demandas de unas nuevas generaciones que poco tienen que ver con sus predecesoras.

Por qué se necesita un cambio en el tipo de liderazgo en las empresas

El líder en una empresa es un concepto relativamente joven; hace años, pocos se planteaban la necesidad de que los jefes tuvieran que ejercer como líderes de sus equipos.

Poco a poco, las organizaciones se dieron cuenta de que convenía transformar a los jefes en líderes: al sacar lo mejor de los empleados, se demostró que tanto su satisfacción personal como su rendimiento laboral experimentaron una sensible mejoría.

Pero las técnicas que funcionaban para liderar a las generaciones que nacieron durante la dictadura o en los albores de nuestra democracia, no funcionan para los nacidos a partir de la década de los 90. ¿Por qué?

  • Desarrollan sus carreras en un escenario donde las condiciones laborales son más precarias, los sueldos más bajos y la rotación de personal más alta: junto al incremento del coste de la vida, tienen menos capacidad de ahorro y más dificultades para emanciparse.
  • Internet es su principal fuente de consultas y formación: han crecido prácticamente delante de una pantalla y adquieren competencias digitales con más facilidad que otras generaciones.

En consecuencia, estos nuevos profesionales están desencantados con las clásicas estructuras organizativas, pero son más autodidactas y presentan más inquietudes personales: el liderazgo de estos perfiles en la empresa y, por lo tanto, habrá de tener en cuenta estas peculiaridades.

Qué tipo de liderazgo buscan las nuevas generaciones

Su forma de entender el liderazgo en la empresa se basa en que las personas sean el centro; necesitan de más dosis de mentoría, y buscan modelos que les sirvan de inspiración.

Por ello, un buen liderazgo debe contribuir a crear un clima laboral óptimo, y con unas contraprestaciones justas; necesitan sentirse valorados por la organización e identificarse con los valores corporativos.

También valoran muy positivamente que la empresa adopte la tecnología, no se ancle en procedimientos manuales o repetitivos, y no pretenda defender antiguas políticas bajo el lema «esto siempre lo hemos hecho así».

Además, cuando el trabajo se realice por objetivos y no por horas, esta generación rechaza de pleno el presencialismo forzoso: cuentan con los conocimientos tecnológicos suficientes como para teletrabajar cuando sea posible, y esperan que la propia empresa predique con el ejemplo.

Por último, y muy relacionado con el trabajo por objetivos, tienen muy en cuenta la flexibilidad horaria: las situaciones familiares actuales son más complejas, y la conciliación entre vida privada y profesional adquiere más importancia.

Ventajas de contar con un buen liderazgo en una empresa

Cuando un líder pone en juego sus aptitudes y virtudes, arrastra consigo a los demás y los anima a ser mejores. Estos son algunos ejemplos de beneficios de ejercer un buen liderazgo en la empresa:

Buen clima laboral

Las nuevas generaciones buscan identificarse con alguien que les guíe, que actúe como fuente de inspiración: los buenos líderes se convierten en modelos de conducta, y extienden su influencia en su entorno más inmediato. Y cuando sale a flote una buena calidad humana, el clima laboral gana enteros.

Motivación y rendimiento

Un modelo de liderazgo en la empresa que vele por el bienestar de los trabajadores, y cuyas actuaciones sean coherentes con los valores defendidos, tendrá un alto impacto motivador entre el personal. En consecuencia, un trabajador motivado incrementará su rendimiento.

Fortalecimiento profesional

Los empleados bien liderados están más motivados, y eso hace que tengan más celo por realizar bien su trabajo: desarrollan su carrera profesional con más ahínco, se abren a nuevos retos, aceptan de buen grado nuevas responsabilidades y están abiertos a adquirir nuevos conocimientos. Por consiguiente, se convierten en profesionales más cualificados y mejor preparados.

La forma de entender un buen liderazgo en la empresa ha cambiado, porque también han cambiado las situaciones de las personas: los nuevos perfiles están moldeados con otros parámetros, por lo que se hace imprescindible comprenderlos para sacar lo mejor de ellos mismos.

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