El “partido a partido” es más que una filosofía futbolera. Es una ajustada visión de la realidad del logro, que no se basa en las grandes citas ni en los esprints de última hora, que depende de mantener una motivación alta día tras día. ¿Existen técnicas de motivación de equipos para el día a día?
Vaya pregunta, pues claro. Y es tarea de los líderes de equipo entender sus beneficios y saber cuáles, cómo y cuándo aplicarlas. Desde Happyforce te traemos una selección de los seis consejos que nos parecen indispensables para mantener la motivación cotidiana en tu entorno laboral, que es cuando más falta hace.
Sé positivo… ¡hasta cierto punto!
Empezamos con una especie de advertencia: la motivación de equipos en una empresa no consiste en un constante “¡vamos chicos, nosotros podemos!”. En muchos casos, la eterna sonrisa termina por no significar nada, y el entusiasmo excesivo puede ser incluso contraproducente (aparte de cansino).
La adecuación entre el trabajador y el puesto de trabajo, una exposición clara de tus expectativas y un análisis realista de las dificultades evita malos entendidos y mucho desencanto, da tranquilidad y genera una actitud verdaderamente positiva. Ser optimista está bien, pero en su momento y proporción adecuados.
Meetings de inicio y/o de cierre
No son aplicables en todos los entornos profesionales, pero este tipo de reuniones al empezar y/o al terminar la jornada están entre las técnicas de motivación de equipos más eficaces. Puede tratarse de un simple resumen de las actividades y retos que se plantean para el día o un balance de los procesos realizados y los logros obtenidos.
Fragmentar las tareas y objetivos diariamente los hace mucho más llevaderos. Además, demuestra que el líder está comprometido con la gestión rutinaria del trabajo y la coordinación del equipo, lo que mejora mucho la actitud de los trabajadores y su enfoque de los cometidos.
Respeto, reconocimiento y comunicación
Suena tópico, pero ni te imaginas la de veces que, como líderes de equipo, nos olvidamos de sacarles todo el partido a cosas tan sencillas como tratar a las personas antes como personas que como empleados, escuchar lo que tienen que decir o felicitarlos por un trabajo bien hecho.
Nunca se valorará lo suficiente el reconocimiento en el ámbito del engagement laboral. La famosa “palmadita en la espalda” en el momento oportuno genera confianza, dispara la creatividad y fomenta la cohesión de grupo; es y será una de tus mejores herramientas de motivación.

Equilibrio complementario
A algunas personas se crecen ante los desafíos “extremos”, pero suelen ser más difíciles de motivar para ser igualmente eficaces en el día a día. De la misma manera, otras personas son auténticas hormiguitas a los que estimulan los retos “normales” del día a día, esa superación lenta pero constante.
Los equipos complementarios son, más que una técnica de motivación, una estrategia de organización: procura poner en estrecha colaboración a una persona de cada tipo. Tu tarea consistirá en saber “encajar piezas” compatibles y en monitorizar la relación (que sea satisfactoria para ambos y laboralmente productiva).
Cumpliendo metas
No se trata (necesariamente) de orientar el trabajo a resultados, ni de estimular a través de los logros (una verdadera arma de doble filo que, cuando no se alcanzan, puede convertirse en una poderosa fuente de frustración). Se trata, simplemente, de marcar hitos alcanzables y verificar que se van cumpliendo.
Tener un objetivo específico y finalizar una tarea resulta muy beneficioso para canalizar energías y alcanzar la satisfacción del trabajo realizado. Puede convertirse en una motivación fundamental, sobre todo en trabajos especialmente rutinarios a esos a los que no se les ve ni un final ni, en ocasiones, una razón de ser.
Pausas activas… o no
Se habla mucho de las pausas activas como una especie de tabla de ejercicios casi militar para los trabajadores de oficina por una cuestión de salud. Sin querer menospreciar sus virtudes, debemos recordar que una pausa es un alto en el camino para volver a retomarlo con más ganas.
Así, para muchas personas resulta descorazonador, o cuando menos poco estimulante, la perspectiva de unos ejercicios gimnásticos en los momentos que se suponen para descansar. Con frecuencia, desconectar con actividades lúdicas o una charla distendida entre compañeros resulta mucho más estimulante.
Las mejores técnicas de motivación de equipos son las que funcionan
Cada sector y cada equipo tiene sus propios requerimientos y dinámicas. ¡No dejes de probar tus propias estrategias y técnicas! Eso sí, comprueba cuidadosamente su eficacia a cada paso…