Bienvenidos a la era del teletrabajo. De acuerdo, sigue siendo minoritario, y no todas las empresas ni sectores pueden adoptarlo, pero el cambio de rumbo está ahí (incluso antes de la llegada de la covid-19). Y, pandemias y regulaciones aparte, ha llegado para quedarse.
Esta nueva realidad exigirá sin duda muchas adaptaciones de tipo organizacional, logístico y formativo. Pero no solamente eso: puede ser una seña de identidad de la casa. Lo que queremos mostrar en este texto es que el teletrabajo es, más que nada, una oportunidad para definir una cultura corporativa.
¿Por qué es una oportunidad?
Este es un claro caso de aplicación del viejo adagio aquel de “hacer de la necesidad virtud”. Tanto el mercado laboral como las nuevas tecnologías apuntan claramente hacia una flexibilización del modelo productivo y los puestos de trabajo, pero también de los horarios y los lugares de trabajo. Se adaptan las organizaciones, las personas, las tecnologías.
Cuando se divisan cambios en el horizonte, los primeros en adaptarse cuentan con una ventaja competitiva de manual. Esto es especialmente así cuando dichos cambios pueden redundar en el beneficio tanto de la organización como de los trabajadores, e incluso del modelo de negocio en sí mismo; una win-win situation de esas que dicen los anglosajones.
A eso nos referimos cuando hablamos de la oportunidad que representa incluir el teletrabajo en nuestra cultura de empresa, en nuestra visión, valores y prácticas. En ser capaces de marcar la diferencia, demostrando nuestra resiliencia, nuestra adaptabilidad como empresa. Y nuestra preocupación por el bienestar laboral de nuestro mayor activo: el equipo humano.
Teletrabajo, ¿para qué integrarlo en la cultura de empresa?
Trabajar desde casa plantea una serie de desafíos, y tiene sus pros y sus contras. La idea de fondo que hay que tener en mente es que debemos conseguir que trabajar desde casa sea una bendición en lugar de una carga.
Porque las ventajas del teletrabajo son potencialmente mucho mayores que las desventajas. Esto es así especialmente en el ámbito de la satisfacción laboral de los empleados, en cuestiones como la conciliación laboral o la flexibilidad horaria, con el enorme impacto que tiene en la motivación y el compromiso y, en general, en la experiencia de empleado.
Así, el teletrabajo puede ser un tremendo factor de atracción y retención de mano de obra cualificada y motivada, e integrarlo en nuestro ADN corporativo de manera eficaz nos permite limitar algunos grandes males de toda empresa: alta rotación de personal, desmotivación y falta de identificación, imagen corporativa negativa…

¿Cómo puedo hacerlo? La clave, la calidad
Existen muchas y muy distintas formas y maneras de hacer del trabajo en remoto una de las piedras angulares de tu modelo organizacional, y variarán en función de las especificidades de cada caso. Pero todas estas formas tienen algo en común: se trata de generar un teletrabajo de calidad.
Desde luego, no se trata de enviar a la gente a casa y que cada cual haga lo que pueda de forma improvisada; así no hay productividad que no se resienta. Aunque incluso en los primeros momentos de la pandemia se las prometían muy felices (como ves en este informe de BCG), desarrollar el potencial positivo del teletrabajo exige un esfuerzo.
Es primordial identificar y detectar los puntos débiles, o aquello que los teletrabajadores consideran como los problemas esenciales que afrontan en su día a día. Para ello es útil consultar algún informe (como este, en particular el gráfico 6). Ya te anticipamos que comunicación, colaboración y soledad son los grandes desafíos.
Para que podamos considerar que estamos apostando por la calidad hay que cubrir lo básico e ir siempre un pasito más allá. Uno de los caballos de batalla del trabajo en remoto es quién paga los gastos asociados: internet, teléfono, e incluso las pequeñas cosas que marcan la diferencia en el trabajo presencial (como un café).
La tecnología digital es tu gran aliado para hacer del teletrabajo tu bandera
Y, como de tecnología se trata, no cabe escatimar en el uso de las herramientas tecnológicas necesarias. ¡Facilita la comunicación entre empleados, la gestión de proyectos y flujos de trabajo y la medición de la productividad y la felicidad laboral!
Si deseas conocer qué están sintiendo las personas en tu organización, y además están teletrabajando, te invitamos a que pruebes Happyforce registrándote aquí