Decía no sé qué filósofo (o a lo mejor me lo estoy inventando) que en la vida no se trabaja con realidades, sino con experiencias y expectativas. Una idea muy a tener en cuenta cuando hablamos de captación de talento y expectativas de empleado, dos caras de una misma moneda.
Todos sabemos, sin necesidad de mentar a la bicha (¡no por favor, otra vez no!) que las cosas han cambiado de forma vertiginosa. El objetivo es el mismo de siempre: atraer talento. Lo que cambia son las estrategias. ¿Por qué? Porque las expectativas de los empleados han cambiado.
Si resultaba difícil antes, imagínate ahora… Hay que entender las claves. La pregunta en torno a la que gira este texto no es qué puede ofrecer el empleado a la organización, sino qué puede ofrecer la organización al empleado en el horizonte laboral de los próximos años.
De lo material a lo inmaterial (hasta cierto punto)
Consultes la encuesta que consultes, los factores que valoran los empleados suelen ser siempre los mismos:
- Salario
- Opciones de promoción y “hacer carrera”
- Beneficios sociales
- Cultura de empresa (y reputación)
¿En este orden? No necesariamente. Sobre todo porque (aquí va el jarro de agua fría) ninguna encuesta puede tener en cuenta ni la diversidad de empresas ni de empleados que existe. Y para decir que los trabajadores jóvenes se preocupan más por un salario alto (que no tienen) que los que están en la cincuentena (que sí lo tienen) no hace falta hacer una encuesta.
Pero (aquí va el jarro de agua caliente) las encuestas nos sirven para ver las tendencias. Y te aseguramos que hay un punto de inflexión en 2020 (y que puedes detectar en tu propia casa si te pones a ello):
- El salario pesa, pero no tanto
- Mejor adquirir formación/skills que “hacer carrera”
- Queremos trabajar en empresas diversas
- La mejor experiencia de empleado: la flexibilidad

Diversidad orientada a resultados
Titular: en la valoración de los empleados bajan el salario y las opciones de desarrollo profesional, y suben los valores “inmateriales”.
El salario es importante, desde luego (sobre todo para los que empiezan). Y no es que las nuevas generaciones sean menos materialistas, pero si algo hemos aprendido en el último año es que hay un más allá; no nos importa menos el dinero, es que hay otras cosas que nos importan más.
En cuanto a hacer carrera en la empresa… Si le dices a la mitad de tus trabajadores de hoy “trabaja bien chico, podrás quedarte con nosotros toda tu vida” lo más probable es que salga corriendo (nosotros mismos nos lo hemos buscado con nuestras políticas laborales de los últimos treinta años).
En el punto en el que estamos, el empleado busca constantemente nuevos retos profesionales y nuevas competencias para desarrollarlos. Es el famoso job hopping. Aprender mientras trabajamos. Hacer que esto pase dentro de la empresa es nuestro principal desafío.
También queremos llamar tu atención sobre lo que en este artículo llaman con acierto outcomes over output, o sea, “resultados sobre producción”. Calidad sobre cantidad. Ofrecer valor a la empresa, y que esta sepa reconocerlo. Love over gold, que diría Mark Knopfler.
En busca de la flexibilidad
Si hay un santo grial en todo esto, es la flexibilidad. No la de “te podemos despedir cuando queramos” que también (la fragilidad laboral es un hecho interiorizado, ya es parte de las expectativas de empleado), sino la de la flexibilidad horaria, el trabajo remoto o híbrido, la oferta de beneficios sociales que pongan el foco en la vida extralaboral.
Desde esta perspectiva, las políticas laborales de conciliación familiar ya no son una opción, sino una necesidad. Más allá de la flexibilidad horaria y el trabajo remoto del que hablábamos antes, nos referimos a medidas específicas para el cuidado de familiares dependientes (niños y mayores principalmente).
Corolario: las nuevas realidades nos obligan a ser imaginativos para adaptarnos y ofrecer beneficios reales. Puede resultar paradójico (o no), pero hay que aplicar la máxima “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”. Tenemos que generar puestos de trabajo a la medida de los empleados y saber extraer lo mejor de cada uno.
La flexibilidad es un sistema de vasos comunicantes
Ten en cuenta todo esto a la hora de elaborar tu política de retención de talento. Si no somos capaces de dar al empleado lo que busca, de satisfacer las expectativas de los empleados, somos los empleadores los que estaremos atrapados en una búsqueda constante…
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