Select player! Videojuegos, gamificación y experiencia de empleado

¿Te acuerdas de cuando tu madre te decía que dejaras de perder el tiempo jugando a videojuegos (seguro que sí, la última vez puede que fuera la semana pasada)? Probablemente tuviera razón. Pero el caso es la gente de recursos humanos dice que la contratación y la experiencia de empleado pueden relacionarse directamente con tu experiencia como gamer. Chúpate esa, mamá.

En este texto te contamos por qué los departamentos de RRHH han empezado a interesarse por los videojuegos en los procesos de selección de personal. Les sirven para seleccionar y reclutar, pero también para apuntar y detectar habilidades. Y, no menos importante, subir de nivel la experiencia de empleado. Y todos creyendo que tus cinco horitas diarias jugando a World of Warcraft no te servirían para nada…

La gamificación en el reclutamiento

Hace tiempo que se sabe que eso que llamamos gamificación o ludificación, que consiste en transponer los principios y mecánicas propias de un juego a otros aspectos no lúdicos de la vida, tiene la virtud de potenciar la motivación y activar las dinámicas de aprendizaje. Lleva años usándose para incentivar la fidelización de clientes (los programas por puntos de las aerolíneas son ya un clásico).

Pero, como vemos en este artículo sobre inteligencia artificial, los juegos también están ya integrados en los programas de reclutamiento de numerosas compañías. Permiten detectar y evaluar fácilmente los rasgos que buscamos en diferentes perfiles laborales, presentando desafíos específicamente diseñados para ello y basados en una mecánica de juego.

En un contexto en el que las relaciones en línea son ya la norma y apoyándonos en la IA, este tipo de estrategias alcanzan su máxima efectividad. Podemos incluirlas en una fase temprana de los procesos de selección para filtrar a los candidatos idóneos, valorando los parámetros que estamos buscando: competencias y habilidades muy concretas.

¿A qué videojuegos juegas?

Pero la cosa no queda ahí. Si ya no es infrecuente encontrarnos en las entrevistas con preguntas del tipo “¿juegas a videojuegos?”, en los próximos tiempos la pregunta será “¿a qué videojuegos juegas?”. Primero, porque se ha convertido en una práctica común en adultos. Segundo, porque los videojuegos contribuyen a desarrollar ciertas habilidades, en especial habilidades blandas.

Es lo que se desprende de este interesantísimo informe de Manpower: dime a qué videojuego juegas y te diré qué soft skills has desarrollado. Así, los aficionados a videojuegos de estrategia tipo Civilization tienen capacidad de resolución de problemas y pensamiento crítico; los de MMORPG (como World of Warcraft) son buenos en colaboración y comunicación; si lo tuyo es el Guitar Hero muestras aprendizaje activo y creatividad.

Los videojuegos se han convertido en una manera de discernir de manera sencilla no solamente lo que se nos daría bien en un trabajo (que es muy importante, qué duda cabe); más que eso, permiten al reclutador saber lo que nos gusta hacer. Y como bien sabemos, haciendo lo que nos gusta es más fácil alcanzar la felicidad en el trabajo (el santo grial de los RRHH de hoy en día).

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Trabajar jugando y jugar trabajando: otra experiencia de empleado

Advertencia previa para los no millenals: esto no va de echarte partiditas de buscaminas en horario laboral. Nota para los millenials: el buscaminas es un juego que volvía locos a los no millenials…

La gamificación mediante videojuegos, combinación ganadora en entornos digitales, no podía quedarse fuera de las dinámicas laborales cotidianas. Se usan (y se usarán más) para realizar formaciones internas, evaluar el clima laboral, incentivar la motivación laboral y un sinnúmero más de ocasiones que ni se nos ocurren.

Al final, es una cuestión de compromiso. El engagement del empleado en su desempeño cotidiano y con la cultura de empresa se ve enormemente favorecido cuando incorporamos a la receta componentes lúdicos. No porque sean divertidos (al fin y al cabo, hablamos de serious games), sino porque nos plantean desafíos estimulantes mediante mecánicas de juego.

Ahí es donde, como organización, más tenemos que ganar: podemos, conocer mejor a nuestros candidatos, colocarlos en los puestos más adecuados, reentrenarlos eficazmente y, sobre todo, generar una experiencia de empleado más satisfactoria. Evaluar, formar y fomentar el compromiso en un solo movimiento.

Joaquín Prat lo sabía

Al final, a todos nos gusta jugar, sea al pinball, al pañuelo o a lo que nos pongan delante. La esencia del juego es el desafío y la superación. ¡Vamos a jugar juntos!

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