
Un líder emocional es aquel que tiene la capacidad de despertar emociones en los demás. Mucho se habla de liderazgo pero casi siempre desde el punto de vista técnico u organizativo, sin embargo, desde que Daniel Goleman publicó su best seller: Inteligencia emocional y lo aplicó al contexto empresarial, un nuevo enfoque de liderazgo ha surgido con fuerza: el líder emocional.
Hay muchos líderes que no lo son y hay otros que si lo son pero no lo saben o no se sienten como tal. Una cosa es sentirse líder y otra que te lo hagan sentir. Un líder emocional debe de percibir ambas posiciones.
Ser persona por encima de todo pero no por encima de nadie
Este debe ser el lema de un líder emocional: las personas por encima de todo. Somos seres humanos, sociales y emocionales. Ya sea en entornos personales o profesionales estamos rodeados de personas casi todo el tiempo. Entender las emociones propias y aprender a gestionarlas para posteriormente hacerlo en los demás, es clave para un manager emocional.
Para ser un buen líder lo primero es liderarse a si mismo. Si tienes la responsabilidad de guiar a un grupo de personas en un proyecto para la consecución de un fin común, debes de mostrarte ante ellos como persona, con humildad, cercanía y sobretodo humanidad independientemente del puesto que ocupes. Esto hará que la comunicación fluya de forma más natural y sincera.
Recientes teorías de liderazgo afirman que los grandes líderes de la historia tenían un patrón común y es que además de las características que hemos nombrado hasta ahora, tenían clara una cosa: a las personas no les importa lo que haces sino por qué lo haces. Si explicas bien los valores de la empresa que son los que la impulsan a hacer lo que hace, las personas podrán entender porqué lo hace. Si tu empresa se dedica a la fabricación de envases reciclables porque su filosofía se basa en contribuir al equilibrio medioambiental, asegúrate de que todas las personas de la empresa tengan claro este valor y además lo transmitan al exterior.
¿Quiénes te seguirán?
Todos aquellos que piensen igual que tú, porque en realidad no te están siguiendo a ti sino a ellos mismos y a sus creencias. Esto pone de manifiesto que ya desde el mismo proceso de selección y reclutamiento debemos poner sobre la mesa los principales valores de la compañía, independientemente de su tamaño. El objetivo es atraer a profesionales con la misma tendencia de pensamiento. Esto incrementará el engagement y el employer branding.
¿Cuál es el perfil de un líder emocional?
Si reflexionamos sobre las aptitudes y actitudes que debe de tener un líder, seguro que se nos vienen a la mente habilidades relacionadas con sus conocimientos técnicos, habilidades sociales, comerciales, experiencia profesional, etc. Muy probablemente se nos pasará por alto su grado de humanidad, humildad, empatía, cercanía y capacidad para interpretar las emociones propias y de su equipo.
Un buen líder tiene que provocar en los demás una inyección de entusiasmo para afrontar un proyecto colectivo con un objetivo común.
Liderarse emocionalmente a uno mismo y a los demás debería de ser una cualidad totalmente asumida por todas los profesionales con equipos a su cargo.
Ser consciente de fortalezas y habilidades
Todos somos líderes por naturaleza, nacemos con ello, sin embargo, no todos somos buenos líderes. Hay algunas personas que pasan por la vida sin ser capaz de tomar sus propias decisiones y deciden seguir la corriente de los demás. Con este perfil será imposible liderar a otros. El mal líder termina delatándose solo, es cuestión de tiempo.
Un buen líder será aquel que tenga en cuenta las emociones y tome decisiones teniendo muy presente los sentimientos de los miembros de su equipo.
- Escuchar, reflexionar y valorar antes de tomar decisiones.
- Cambiar la autoridad por la persuasión. No es lo mismo que los demás te sigan por miedo que por admiración y creencias.
- Empatizar a la hora de transmitir un mensaje. Capacidad para que los demás entiendan las ideas como él mismo las siente.
- Ser capaz de despertar emociones en los demás positivas como ilusión, deseo, motivación, etc.
- Poseer una sensibilidad especial a la hora de captar los estados emocionales de los demás. Nunca asilarse sino empatizar y apoyar.
- Capacidad para inspirar a otros a ofrecer su mejor versión.
- Sacarse la careta de súper héroe y mostrarse como un ser humano común.
- Transmitir desde el corazón para llegar al corazón de los demás
Howard Gardner define al Líder como “una persona que, mediante la palabra y el ejemplo personal, influye de forma manifiesta en las conductas, pensamientos y sentimientos de otras personas”.
Daniel Goleman define el liderazgo como “la capacidad de influir en el estado emocional de otras personas mediante la persuasión y una comunicación convincente”.
Las dos definiciones nos hablan de emociones y sentimientos.
La conclusión es que cualquier manager emocional debe orientar sus propias emociones reflejando en el proyecto una dirección positiva, optimista, común y creativa.