En Happyforce estamos apasionados por nuestra línea de investigación en torno a la relación entre felicidad y eficiencia en el trabajo. La pregunta es clara: ¿si somos más felices trabajamos de manera más eficiente? Nuestra respuesta, también: sí. Ahora toca justificarla, como en los exámenes del cole. ¿Te apuntas a la felicidad eficiente?
Es una de esas cosas de las que habla todo el mundo, pero que nadie parece terminar de tomarse en serio o saber cómo aplicar. En nuestro caso, la reflexión se origina en este webinar que hicimos con Antonio Rodríguez, CEO y fundador de Efficient Happines, y que está teniendo una importante difusión y repercusión (y nosotros que nos alegramos). Hoy nos servirá de hilo conductor…
¿De qué estamos hablando?
La idea de optimizar nuestros recursos de manera eficiente está generalizada en la gestión de organizaciones, fuerza de trabajo incluida. Pero resulta que el 85 % de los empleados “odian” su trabajo (lo dice Gallup, ojo); son el gran activo de una organización y dedican a ello un tercio de sus vidas. Si eso es eficiente, que baje san Henry Ford y lo vea.
Para muchos (cada vez más, entre otros el firmante de ese informe), la clave de los descensos generalizados y continuados en la productividad económica en las últimas décadas estaría en esa “falla” en la felicidad en el trabajo. O sea, que poca broma con esto.
Tal vez sea el momento de asociar, de una vez por todas y para siempre, ambos factores, productividad y felicidad. Puede haber llegado la era de la felicidad eficiente.
¡Es que no hay plan B!
En ese sentido, estaríamos ante un auténtico cambio de paradigma en un aspecto mayor de nuestra civilización: podríamos estar dando el salto de trabajar por necesidad, para ganarnos un sustento, a trabajar para ser felices, como parte de nuestra realización como seres humanos. Da hasta escalofríos solo el imaginarlo.
O, visto de otra manera, ¿cuál es la alternativa? ¿Seguir despreciando olímpicamente el compromiso de empleado como factor diferencial en la productividad? ¿Seguir considerando el bienestar laboral como una frase que hace bonito en los encuentros de RRHH y en los “Quiénes somos” de las páginas web corporativas?
[/tono profético-retórico on/] ¡Ay del que olvide el poder de la motivación en el rendimiento laboral! Porque ese se comerá una… ejem, tendrá un buen problema. [/tono profético-retórico off/]

Los motores de la felicidad eficiente
De acuerdo. Desde la perspectiva de la empresa, está claro que ya que nuestros empleados quieren ser felices (¡menudos caprichosos 🤭!), vamos a intentar que esa felicidad nos traiga también productividad y eficiencia en su trabajo, ¿no? Aquí van algunos apuntes elementales al respecto:
- El leit motiv es a la vez en gran desafío: alinear los propósitos individuales de los trabajadores con los propósitos corporativos de la organización.
- Bueno, entonces, ¿cómo ponemos todo esto de la felicidad eficiente en marcha, o sea, cómo lo incorporamos a nuestra estrategia corporativa? Cuatro ideas:
- La vida laboral… es parte de la vida, no una cosa aparte. No cabe disociarlas. Adoptemos una perspectiva integral.
- Debemos conocer a nuestros empleados, sus motivaciones, lo que quieren para sus vidas. Hay que conseguir sintonizar con ellos.
- Estamos abiertos al cambio. En cuestiones fundamentales de objetivos, expectativas, recursos, procesos. Si no, no podemos hacer nada.
- El dinero y el éxito no lo son todo. Hay otra motivación a tener en cuenta: el sentido del trabajo de cada uno. Esencial.
- Vale, pero todo parece tan etéreo… ¿Esto se mide? Sí, esto se mide. De hecho, trabajar la felicidad sin métricas es una estupenda forma de perder el tiempo, y poco más. Te sirven para basar tu estrategia en algo sólido.
A modo de resumen, ten clara la formulación a lo Yoda: un buen liderazgo genera conexión; la conexión genera confianza; la confianza genera engagement.
Don’t worry, be happy… and efficient!
Se puede trabajar bien sin ser feliz; pero si somos felices seguro que trabajamos mejor. ¿Por qué no hacerlo?