Redes sociales y recursos humanos: un tándem ineludible

RRSS y RRHH, RRHH y RRSS… Se parecen y, si echamos la mirada adelante, es posible que lleguen a ser lo mismo. Exageramos un poco, claro está, pero las redes sociales son ya un campo prioritario de actuación para los departamentos de recursos humanos por su inmediatez, su rango de actuación y su capacidad para generar cultura de empresa.

Este texto es una llamada de atención (tal vez una última llamada, como en el tren) para todos aquellos que creen que pueden permitirse gestionar su organización a la vieja usanza, sin el apoyo de las redes sociales en tareas de gestión de personal (o, sin ir más lejos, sin aplicaciones de medición de clima laboral). Nos gustaría decirte que sí, que se puede, de verdad. Pero la verdad es que no.

Is the communication, stupid!

Empezamos parafraseando a James Carville, el asesor clintoniano (un tipo cuyo sobrenombre es “el cajún rabioso” no puede pasarse por alto), para que quede bien clara la idea: estamos hablando de comunicación. Las redes sociales son hoy por hoy nuestro mejor escaparate digital, con el que realmente llegamos a más gente (y más gente llega a nosotros).

Pero no solo de marketing vive la empresa; también es otras cosas aparte de visibilidad y venta. Hacer networking, generar imagen de marca empleadora, atraer talento son los principales usos que una organización da (o debería dar) a las redes. Nuestro departamento de recursos humanos no puede permitirse ignorarlo.

Por eso no deberíamos en ningún caso dejar de promover nuestras cuentas en las principales redes sociales (Facebook, Instagram y por supuesto LinkedIn, imprescindibles) desde la perspectiva “recursoshumanosniana”. Y cuando decimos nuestras, decimos las corporativas, pero también las de nuestros empleados. Cuando se trata de comunicar, cuantas más voces, mejor.

Las reglas básicas sobre redes sociales para profesionales de RRHH

Vamos a proponerte un decálogo de oro sobre el uso profesional de las redes sociales (siempre desde la perspectiva de recursos humanos):

  1. Una empresa no es su CEO. Sus perfiles tampoco pueden serlo…
  2. …pero nos gusta leer perfiles humanos. No los descuides.
  3. Sé constante y encárgate tú mismo de tu página personal. De lo contrario, se nota.
  4. Guía a tus empleados para incluir en sus perfiles la información corporativa que te gustaría que transmitieran.
  5. Usa redes sociales internas como herramienta para “hacer piña” con tus empleados.
  6. Emplea herramientas de rastreo para descubrir talentos en las redes sociales.
  7. Las redes sociales no son álbumes de cromos. ¡Prepara una táctica de amistades!
  8. La mejor forma de que tus empleados hablen bien de ti en RRSS es tratarlos adecuadamente en la vida real.
  9. Una formación interna sobre buenas prácticas en el uso de RRSS vale su peso en oro.
  10. Cada organización es diferente. Hazte una estrategia a tu medida.
compañeras consultando redes sociales

LinkedIn, la red social laboral estrella

Pero si hay una red social en la que destaca sobre las demás en el horizonte profesional, esa es LinkedIn. Puedes encontrar un excelente análisis sobre como hacer de ella tu mejor arma para comunicar, generar engagement y atraer talento en el webinar que hicimos con Cèlia Hil. Mientras te decides a verlo, un par de ideas esenciales para entrar en calor.

La calidad del perfil profesional no tiene precio, pero ¿cómo se hace un buen perfil? Lo primero será tener en mente un objetivo: ¿queremos mostrarnos para que nos conozcan, para que nos contraten, para buscar talento o para mostrar nuestra expertise? En función de ello debemos orientar las piezas esenciales de nuestro perfil.

¿Y cuáles son esas piezas esenciales? Evidentemente, una página cuidada en cuanto a la imagen (foto, banner, titular, logo, esas cosas), con una información clara y concisa (no es un CV es qué sabes hacer), publicaciones frecuentes (que se vea que estás vivo) y una atención personalizada a las conversaciones (que se note que no eres un bot).

Pero hay tres reglas claras para guiar nuestros pasos:

  • Generar una red de alta calidad. Filtra antes de hacer clic.
  • Comunicar con respeto y un lenguaje adecuado. Piensa antes de hablar.
  • Interactuar con compañeros (de dentro y fuera). Aportar valor.

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