A lo mejor ni te acuerdas si eres de letras puras, pero una ecuación viene a ser un enunciado cuyas diferentes expresiones, o miembros, se consideran iguales. Ahí está la metáfora que articula este texto: hablando de felicidad en el trabajo hay varios miembros (de las organizaciones) que tienen un valor equivalente.
En Happyforce nos apasionan los números, o más bien usar los números para transformar las organizaciones. Pero en este caso la ecuación es totalmente humana: estos son los miembros de la organización que deben implicarse al cien por cien para potenciar esa satisfacción laboral que acciona el engranaje del éxito.
El líder
Lo mencionamos el primero no porque deba implicarse más que el resto, sino porque es el elemento más visible en todo este movimiento en pro de la felicidad. Es decir, es la cara que ven los empleados, y a la vez el que da la cara por ellos.
Es el que percibe antes y más de cerca el impacto de cualquier medida que se tome o cualquier cambio en el clima laboral, en el compromiso (engagement, lo llaman otros), en el rendimiento de su equipo de trabajo.
Y su papel es clave. Porque algunas de sus tareas directas (gestión, motivación, orientación, ejemplificación) tienen una relevancia de primer orden en la consecución de ese Grial que es la felicidad en el trabajo.
La dirección
Bajo esta denominación que a veces parece una entelequia están los que toman las decisiones. Hablando en plata, los que cortan el bacalao. Con decir esto basta para comprender que son los primeros interesados en que todo fluya como tiene que fluir.
Paradójicamente, suelen ser el eslabón más débil, digamos, en la cadena que lleva a la felicidad en el trabajo. El problema suele estar precisamente en esa lejanía que con frecuencia los separa del resto de la organización. Es esencial que cobren consciencia de su importancia y las ventajas que acarrea.
Concienciar a los jefes de lo esencial que resulta contar con empleados y colaboradores felices y satisfechos no siempre es tarea fácil. Los demás miembros de la ecuación suelen tener que afrontar esta dificultad antes que cualquier otra.

Los de RRHH
Ahora se llama “gestión de personas”, pero vamos, que se llamen como se llamen la gente de recursos humanos está indiscutiblemente en primera fila en cuanto a felicidad en el trabajo se refiere. Hasta podría decirse que es su principal tarea.
De hecho, suelen ser los que tocan la campana de alarma y señalan este asunto como la piedra de toque de toda la estructura organizacional. Si el líder percibe el impacto de las medidas antes que nadie, ellos cuentan con las herramientas necesarias para poder medirlo de forma objetiva.
También puede ocurrir que les falte consciencia en cuanto al peso específico de la felicidad en las dinámicas laborales, económicas y sociales del presente (y del futuro). Mala cosa que debe resolverse cuanto antes.
El CHO
A lo mejor no gastas de esto en tu organización… O bien no sabes que lo tienes. El chief happiness officer, que es la persona que está detrás de estas siglas, es una figura reciente en los organigramas de recursos humanos, pero en cierta manera siempre ha estado ahí.
Es el miembro de la organización que se especializa en la noción de felicidad en el trabajo y cuya tarea central es promoverla y asegurarla. Si te suena frívolo… ¡despierta de una vez! Su tarea inicial sigue siendo, para sorpresa de muchos, evangelizar.
Pero lo que de verdad tiene que hacer es velar por un trabajo eficaz, buscar el crecimiento de los integrantes de la organización, respaldar los valores de la casa… y todo ello con la felicidad por bandera.
¡Despeja la incógnita de la felicidad!
La felicidad es esa gran X que atormenta a las organizaciones. El primer paso es darse cuenta de que existe. Ahora solamente queda resolverla… ¿Quiere saber cómo de felices están tus empleados? Ahora con Happyforce es muy fácil