¿El timeboxing contribuye a la felicidad en el trabajo?

Normalmente decimos que la felicidad laboral genera una mayor productividad en el trabajo, y es cierto. Pero al mismo tiempo, como en cualquier proceso con retroalimentación, también ocurre lo contrario, o sea, que la productividad genera felicidad. En este artículo nos fijamos en la estrategia del timeboxing para ilustrarlo.

Porque resulta que la respuesta es “sí, contribuye”. No de una manera directa, está claro, pero sí de forma indirecta. Estamos ante un ejemplo de que, en determinados casos, para ganar en productividad no solo hay que invertir en felicidad… También, oh sorpresa, directamente en productividad. Y que el impacto en la felicidad no será negativo. Bueno, expliquémonos…

¿Qué es el timeboxing?

Con origen en las metodologías ágiles, esta técnica de hacer cajas de tiempo es cada día más popular en el ámbito de la gestión de proyectos. Consiste en fijar un marco temporal concreto para desarrollar una actividad concreta. Algo así como “este es el tiempo que voy a dedicar a esta tarea”.

También se aplica en la gestión personal del tiempo, con marcos más reducidos (por ejemplo una hora) para tareas muy concretas (escribir este texto que estás leyendo; ojalá). Se calcula el tiempo necesario para realizar una tarea y se asigna ese tiempo (en principio ni más ni menos) a trabajar solamente en dicha tarea, en modo “no molestar”.

Tan sencillo, y al mismo tiempo a veces tan difícil, como eso. Y es que las distracciones, la insidiosa procrastinación o la devastadora multitarea no son afecciones fáciles de curar… El timeboxing no es una panacea contra ellas, pero sí una forma de mejorar tu productividad en varios sentidos, ¿por qué, cuáles? Qué impaciente, sigue leyendo…

El timeboxing es bueno para la productividad porque…

Aparte de ayudarte a establecer una agenda, a ajustarte al presupuesto o a mantener lo que llaman nuestra curva del perfeccionismo en niveles óptimos, esta estrategia tiene otros efectos interesantes en el rendimiento en el trabajo a nivel individual:

  • Aumenta el focusing al obligarte a ser más consciente (ordenando, planeando, distribuyendo) de cada tarea que tienes que realizar.
  • Mejora la concentración durante la realización de la tarea; con frecuencia los marcos temporales preestablecidos (las boxes) se superan.
  • Genera una mayor motivación al establecer objetivos o hitos tangibles, próximos y realizables.

Además, que es a lo que vamos, tiene efectos positivos menos evidentes y tal vez en apariencia tangenciales. Por un lado, el empleado es más resistente a sufrir la frustración propia de las tareas eternas, inacabables, rutinarias… Por otro lado, es más proclive a ir subiendo escaloncitos en la larga escalera de la realización personal. Sí, lo adivinaste, aquí es donde entra en juego la felicidad.

timeboxing felicidad 2
¿Tu agenda y tú?

La conexión productividad-felicidad

¿Ser más felices nos hace trabajar mejor? Es la pregunta (retórica) que todos los chief happiness officers del planeta están planteando a sus respectivos comités de dirección. Suele comprobarse mejor si se miden y se analizan los datos, pero vamos, que ya te decimos que es que sí. Pero vamos un pasito más allá…

¿Y trabajar mejor nos hace más felices? Pues la buena noticia es que sí, también. Notar que lo que hacemos tiene un resultado, ir dejando tareas atrás y la propia satisfacción del trabajo bien hecho son síntomas de un trabajo más eficiente, y son factores que nos llevan a aumentar nuestro bienestar laboral.

Técnicas como el timeboxing ponen de manifiesto que es posible aplicar técnicas o usar herramientas propias de la gestión de proyectos con vistas a alimentar el círculo virtuoso productividad-felicidad-productividad. De forma que podemos explorarlo como una alternativa más para seguir acercándonos a lo que queremos ser: organizaciones eficientes, rentables y felices.

En la guerra (de la felicidad) vale todo

¡Utiliza todos los recursos a tu alcance para que la motivación y el compromiso cundan en tu organización!

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