Liderazgo humanista: antes que líderes, seres humanos

“Antes” no en un sentido de prioridad, sino de anterioridad; o sea, no es que sea más importante (que también), es que no sabemos de ningún caso de líder que no sea un ser humano (de momento). Y es un “detallito” que hasta la aparición del concepto de liderazgo humanista ha sido pasado por alto.

Si te suena a perogrullada, no dejes de echar un vistazo a nuestro webinar del 19 de octubre de 2022, “Liderazgo humanista: aprendiendo a liderar desde el ser”, con Raúl Varela, CEO de la Fundación Mundial de la Felicidad, como director de orquesta. Puede que aprendas algo, nosotros lo hemos hecho. Aquí te dejamos un resumen.

El concepto de líder humanista

¿Por qué, en las innumerables listas que existen sobre tipos de liderazgo, el liderazgo humanista es el eterno ausente? Varela explica con mucho tino que, tradicionalmente, las organizaciones han puesto el foco en la producción, o en la productividad, o en la eficiencia, o directamente en los beneficios… pero no en las personas.

En última instancia, de eso se trata: de colocar a la persona en el centro, partiendo de una doble premisa:

  • Las personas son el activo más importante de la organización.
  • El bienestar laboral de las personas tiene un impacto positivo en la organización.

La empatía, la pasión, la resiliencia, el respeto a la diversidad y la capacidad inspiradora son elementos que no deberían faltar en el perfil de este tipo de liderazgo y en el cambio de paradigma que supone. Tampoco está de más incorporar los aportes de la psicología positiva al liderazgo como coadyuvante a la construcción del liderazgo humanista.

Personas, personas y más personas

Raúl Varela nos señala cinco características esenciales de este perfil de líder humanista:

  1. El liderazgo lo ejercen personas de carne y hueso. Y no es solo cosa de personas extraordinarias; todos somos líderes en potencia y, a veces, ejercemos.
  2. El líder humanista es capaz de enseñar a crecer a los demás. Para ello debe conocerse bien y efectuar esa enseñanza a través del ejemplo, con seguridad y humildad.
  3. Este líder tiene una gran capacidad para ilusionar a la gente. Es muy hábil dotando de sentido tanto el trabajo que hacemos cada día como los objetivos a largo plazo.
  4. Los líderes humanistas asumen el cambio que está presente de forma constante en la trayectoria de las personas y el devenir de las organizaciones. Y saben adaptarse.
  5. El líder humanista sabe perfectamente que es prescindible, y sabe también que eso es normal y sano para la organización. Y ayuda a preparar el relevo.

Una persona que alienta el compromiso, anima la participación activa de los demás, pasa a la acción, y además lo hace con una sonrisa… ¿quién no quiere a alguien así en su equipo? El caso es que a lo mejor lo tenemos y no lo sabemos. Si el clima laboral no es el adecuado (circunstancias económicas coyunturales poco propicias, resistencias endémicas dentro de la organización), será difícil verlo florecer.

liderazgo humanista 2

El balance del liderazgo humanista: serenidad, virtud, sabiduría

En última instancia, y haciendo balance, ¿qué aporta el líder humanista a la organización? Independientemente de que podamos medirlo de manera cuantitativa, Raúl Varela señala con el dedo tres aspectos que, tal vez por lo inesperado, resultan mucho más intrigantes, inspiradoras y motivadoras que cualquier KPI que se nos ocurra.

Raúl rompe una lanza por el humor (¡como nosotros!) y explicita que no está reñido con eso que se llama tan malamente “seriedad”. El término que elige es “serenidad”; una amalgama de confianza, tranquilidad y actitud positiva que se transmite a los demás de forma casi inconsciente (a veces, otras con toda la intencionalidad del mundo).

El liderazgo humanista también es sinónimo de virtud; en el sentido clásico del término, el del equilibrio, el autoconocimiento, la mesura y la justicia. Son rasgos de comportamiento que dejan una huella valiosísima en cuanto a cohesión se refiere en cualquier colaborador (sea en horizontal, sea en vertical) que esté expuesto a ellos.

En tercer lugar, Raúl nos habla de sabiduría como ese poso de saber hacer que dejan las experiencias y que no necesariamente aparecen en el currículum. Pero es muy tangible cuando aporta confianza al equipo o a los stakeholders en operaciones muy concretas, y cuando sabe poner en relieve la importancia del bienestar en el ambiente de trabajo para la dichosa performance.

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