Gestión emocional en el trabajo: ¿conocemos nuestra sombra?

Cuando hablamos de conceptos como productividad y motivación, bienestar laboral o felicidad laboral, lo que subyacen en realidad son emociones. La gestión emocional está detrás de una buena parte del trabajo de gestión de personas. Y estaremos de acuerdo en que con frecuencia es difícil hablar de esas emociones; a veces ni siquiera las reconocemos en nosotros mismos…

En nuestro webinar del 2 de noviembre de 2022 hemos querido reflexionar sobre ese lado sombrío (por estar más bien oculto) de nuestra personalidad, y señalar su importancia en el ámbito del trabajo. Para ello contamos con José Deconde, coach experto en bienestar emocional, que lo ha bautizado como “Coaching para bastardos”. A continuación entenderás por qué.

Nuestro lado bastardo

Todos tenemos un lado oculto de nuestra identidad, algo de lo que somos conscientes solamente a medias. Es lo que C. G. Jung llamaba “la sombra”, y que Deconde llama “nuestro lado bastardo”, que no reconocemos, que mantenemos oculto o reprimido por condicionamientos relativos a nuestra educación, a los parámetros sociales aceptados en nuestro contexto o a nuestra manera de relacionarnos.

Este conjunto de emociones, deseos, necesidades, forman parte de nuestro carácter y están íntimamente relacionadas con nuestros potenciales ocultos, no desarrollados. Con todo eso que seríamos capaces de hacer si explorásemos nuestra sombra y nos lo permitiéramos a nosotros mismos. Evidentemente, esto tiene un fuerte impacto en todas las facetas de la vida, desempeño laboral incluido.

Así, en las tareas de coaching en el trabajo resulta muy relevante explorar esta faceta para poder conocernos mejor, entender qué rechazamos de nuestro yo profundo y ser capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. Tenemos, por lo tanto, que reconocer, aceptar y aprovechar esa faceta. Tenemos que intentar sacar a la luz nuestro lado bastardo.

¿Qué tenemos debajo de la alfombra?

Partiendo de esta idea, todos tenemos una parte de nosotros que rechazamos, que reprimimos. Eso de lo que no queremos hablar ni siquiera con nosotros mismos, lo que (creemos que) nos impide ser aceptados. Miedo, culpa, esas cosas. Y más en un contexto normalmente competitivo y a veces incluso agresivo: la organización laboral. Cuestión de no reconocer vulnerabilidades…

Al reprimir esa parte de nuestro yo (detrás de otra parte el ego, mucho más “de escaparate”) estamos reprimiendo también nuestro potencial en diferentes facetas. Dificultamos el desarrollo de competencias emocionales. Nos producimos un sufrimiento que tiene un impacto negativo muy diverso. Generamos frustración, agresividad, proyecciones en el otro. Etcétera.

Tenemos por delante una importante tarea de gestión emocional para aceptar esa parte de nuestro ser y reconciliarnos con ella, con todo lo que ello conlleva: atrevernos a conocernos mejor, aprender a sentir e identificar esos sentimientos, aceptar el dolor y otras emociones “negativas” como parte de nosotros mismos. Nadie dijo que fuera fácil, pero Deconde nos da unas pistas acerca de por dónde podemos empezar…

gestión emocional trabajo 2

Desvelando las sombras

¿Cómo descubro mi sombra? Es una tarea ciertamente compleja de gestión emocional para la que conviene contar con apoyo profesional de personas especializadas en formación y psicología. Pero podemos señalar de forma general tres buenas prácticas:

  • Ponte ante el espejo, pero en plan metafórico; el espejo son los demás. Técnicas como la ventana de Johari nos permiten saber cómo nos ven los otros, y esa perspectiva es oro puro para cualquier persona; cuando se escucha activamente, nos ayuda enormemente a entendernos mejor.
  • Vuelve a la niñez. Ya, es más fácil de decir que de hacer… Se trata de intentar recordar lo que no aceptabas, corregías u ocultabas en tu personalidad porque provocaba rechazo en tu entorno. Es normal tener cuestiones no resueltas generadas en el periodo infantil (por ejemplo, un problema con la autoridad).
  • El humor es una herramienta tal vez inesperada, pero de mucha ayuda, para darnos cuenta de forma “poco dolorosa” de nuestro lado oscuro. La inclusión del humor en el entorno de trabajo orientado de manera proactiva puede facilitarnos mucho la detección de esos puntos de nuestra personalidad que generan fricciones o no nos dejan crecer.

Tu sombra también eres tú

El verdadero yo, tarde o temprano, asoma la patita, y no tiene por qué ser malo; póntelo fácil para sacar lo mejor de tu “sombra dorada”, ¡y supera tus límites!

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