Tecnología en RRHH: claro, ¡pero con cabeza!

Esto no va a ser un alegato a la importancia de digitalizar la empresa (que ya lo hicimos), ni una oda a los superequipos hombre-máquina (que ya lo hicimos también), ni nada que se parezca a “¡venga, digitalízate, rápido o morirás!”. Al contrario, va a ser una llamada al sentido común para la transformación digital en la gestión de personas con cabeza; la transformación, no las personas, que cabeza ya tienen todas.

Y eso que, según lo veamos, vendemos tecnología en RRHH… Pero también sabemos distinguir (porque lo hemos visto muchas veces) cuando una transformación digital se hace con un criterio y una estrategia bien establecidos, y cuando se hace por hacer, porque es lo que toca o lo que se espera de nosotros, o porque pensamos que nos va a solucionar la vida. Así, no.

Las personas, lo primero

Partimos de la idea de que el talento humano es el activo más importante de cualquier organización. Nos parece importante resaltar esta perspectiva humanista de la gestión del talento porque está en el meollo del crecimiento de cualquier organización en el contexto actual (que ya no sabemos si es VUCA, BANI, RUPT, TUNA; será por siglas).

Está claro que los líderes deben tomar parte activa en este giro humanista. Saber alinear la innovación tecnológica con el propósito de la organización, poner el foco en la mejora de los empleados e integrar el cambio en la cultura de la casa son algunos de los principios que deben seguir los líderes para implementar un giro humano en la transformación digital.

Esto se concreta en un importante trabajo previo para orientar las estrategias de innovación tecnológica de la organización hacia una valoración de nuestro capital humano. No podemos ignorar a o prescindir de las personas con las que contamos, ni tratar de hacerlas encajar en una innovación tecnológica puramente ideal; al revés, es la tecnología que adoptemos la que debe encajar con nuestra gente.

Cabeza y corazón para emplear la tecnología en RRHH

Tal vez si dijéramos “planificación y empatía” se entendería mejor. O si nos planteáramos el caso sustituyendo “tecnología” por cualquier otro tipo de innovación, otro tipo de herramienta. A nadie en su sano juicio se le ocurriría implementar un proceso productivo sin evaluar su utilidad, ni ignorar las necesidades del empleado a la hora de equiparlo.

Tenemos un ejemplo bien concreto, en el ámbito de gestión de personas, en los indicadores de engagement. Está fenomenal preguntar a la fuerza de trabajo, pero ¿hacemos las preguntas adecuadas? Con frecuencia, no. Así, una determinada herramienta nos ayuda a obtener datos, pero si no necesitamos esos datos o no sabemos analizarlos y usarlos de forma estratégica, ¿de qué nos sirve el esfuerzo?

Así, no hay que dejarse impresionar por la etiqueta “tecnología”, sino analizar concienzudamente qué problemas nos resuelve o qué nos aporta; y valorar pormenorizadamente cómo utilizarla para que tenga un impacto positivo significativo en el bienestar laboral dentro de la organización.

tecnología rrhh cabeza 2
¿Ves el móvil? Pues hay una persona…

La tecnología es el medio, la felicidad eficiente es el fin

En uno de nuestros webinars, que trataba la razón, el momento y la forma de aplicar tecnología a RRHH, uno de los asistentes resaltaba una cuestión central: ¿cómo evitamos que la tecnología despersonalice los procesos? Tras la pregunta subyace un presupuesto indiscutible: a las personas nos gusta que nos traten como personas.

En la encrucijada entre eficiencia y felicidad corremos el riesgo de caer en una carrera tecnológica hacia ninguna parte y perder de vista lo esencial. En última instancia se trata, en gestión de personas, de mejorar la experiencia de empleado, a sabiendas de que eso nos llevará a medio y largo plazo a tener una organización más sana, más eficiente y con mejores resultados.

La tecnología en RRHH no es sino un útil más para facilitar nuestro trabajo y hacerlo mejor; y por otro lado, facilitar la vida de los miembros de la organización (tanto empleados como líderes) y hacerlos mejores. Ahí está el enorme potencial del desarrollo tecnológico, en que puede hacer ambas cosas a la vez. Pero no lo va a ocurrir solo por hacer clic en el botón “Instalar”.

Recursos humanos, más humanos que nunca

Un software puede darte datos, facilitarte los procesos o hacer análisis cuantitativos, pero gestionar el talento humano es cosa tuya.

Lectura recomendada