Las organizaciones pueden ganar y crecer mucho incorporando los principios procedentes de la filosofía humanista a los procesos de gestión de personas. Para ello, es necesario que los líderes dentro de la organización interioricen esos principios y procuren tenerlos presentes adoptarlos como referencia en su trabajo diario. ¿Cómo te has quedado?
Pues estas vienen a ser, a grandes rasgos, las ideas centrales de nuestro webinar del 30 de noviembre de 2022 protagonizado por Isabel Salas Beltrán (directora de RRHH y comunicación en Gebro Pharma), que se tituló “Activismo humanista en tiempos de guerra” . Un título catchy, veamos con más detalle a qué se refiere…
En el principio fue la filosofía
En recursos humanos trabajamos con seres humanos. Evidente, sí. Y, estaremos de acuerdo, es importante conocer y entender al ser humano, así en general. Para ello, en recursos humanos hemos tirado tradicionalmente de disciplinas como relaciones laborales, economía, derecho, ciencias sociales (sociología, psicología, etc.), marketing… ¿Y qué pasa con la filosofía, no ayuda?
Nos estamos dando cuenta de que sí, y mucho. Vamos notando que es vital que la gestión de personas tenga en cuenta “cómo somos, qué necesitamos, qué nos mueve”, dice Salas. La filosofía aporta un enfoque holístico que puede ser muy valioso en ese sentido, en especial las posturas de la filosofía humanista.
El concepto mismo de humanismo viene de la filosofía. ¿Y qué es el humanismo? Uf, menudo melón… bueno, digamos que es un pensamiento, una actitud o una forma de entender el mundo que coloca al ser humano en el centro de la reflexión, poniendo sus capacidades y sus valores por delante de otras consideraciones.
El humanismo en las empresas
¿Qué papel puede jugar entonces el humanismo en la empresa? Hasta donde sabemos (y esta es también una postura filosófica) las empresas son ante todo personas. De forma que las políticas de selección, retribución, formación, reconocimiento y tantas otras, por señalar aspectos bien prosaicos, se refieren a personas. Si no las entendemos de manera profunda, nos estamos perdiendo una parte importante de la película.
De tal manera que las políticas y programas orientados a buscar el bienestar laboral, la motivación o el engagement, el alineamiento entre la visión o los propósitos de la organización y de sus miembros, todas esas cosas que hacemos en RRHH, deben verse también a través del filtro del humanismo para que tengan un impacto realmente significativo.
No, no es que haya que ponerse a leer a Platón (aunque tampoco nos haría ningún daño). Pero sí nos puede ayudar a que todo tenga sentido. De momento, cualquier empleado sabe que el objetivo de la empresa es generar beneficios; si proclamamos a los cuatro vientos que lo más importante son las personas, pero no predicamos con el ejemplo, poco impacto real vamos a conseguir.

El liderazgo humanista, hecho realidad
Predicar con el ejemplo (o sea, llevar estos principios al mundo real) es tarea de los líderes. Ya, querido lector, a ver cómo se hace eso, te estarás preguntando… Isabel Salas nos plantó algunos casos:
- Dar voz y voto a los empleados para que participen lo máximo posible en las decisiones que les afectan directamente (sistemas de evaluación, por ejemplo).
- Trabajar con valores como equidad y justicia en cuestiones tan relevantes y con frecuencia problemáticas como pueda ser la política retributiva de incentivos.
- Plantear medidas de inclusión a partir de una escucha activa y empática, tratando a las personas como tales y haciendo de sus problemas también los nuestros.
- Crear plataformas de creación e innovación colaborativa; como los viejos buzones de sugerencias pero en serio (pocas cosas más humanistas fomentar la creatividad…).
- Actividades de teambuilding lúdicas. Aunquepueda parecer superficial. No lo neguemos, nos gusta divertirnos, pocas cosas más humanas que jugar.
El humanismo en la empresa no es dorar la píldora al empleado ni tenerlo en palmitas, ni mucho menos. Es darle presencia, consciencia y poder. Y también, porque lo uno va aparejado a lo otro, llevarlo a verse como parte activa de la organización, reflexionar sobre ello y asumir responsabilidades. Es lo que tiene ser un ser humano, ¿no?
¡Súmate a la apuesta por la felicidad!
Sabemos que no estamos solos promoviendo el humanismo en la empresa para alcanzar una felicidad eficiente. ¿Quieres unirte?