Salud mental en el trabajo, ¿una cuestión de prevención?

El 15 % de los días de baja registrados en España en 2021 se debió a enfermedades mentales (la segunda causa por detrás de los TME); la duración media de esas 56.595 bajas fue de 98 días salud mental y su coste directo, 373 millones de euros. La salud mental de los empleados preocupa a las empresas, y con estos datos en la mano no es para menos.

Reflexionamos sobre la salud mental y la prevención del malestar laboral en nuestro webinar del 1 de marzo de 2022, titulado “Salud mental en el trabajo: mejor prevenir que curar”; y nadie mejor para que nos guíe que Núria Martínez, entre otras muchas cosas directora de la Fundació Drissa, entidad con la que colaboramos desde Happyforce.

Salud mental, también en el trabajo

La definición de la que parte Núria Martínez, y que está alineada con los criterios de la OMS, no es solo la ausencia de trastornos mentales; es más bien el estado de bienestar que nos permite desarrollar nuestro potencial y afrontar las vicisitudes de la vida de forma funcional y sin sufrimiento.

Si bien los rasgos y límites de la salud mental son maleables (cada persona reacciona de manera distinta a esas “vicisitudes”, ese “sin sufrimiento” es muy relativo), parece claro que este no es un problema ajeno a las “personas cuerdas”. No va por ahí. Los factores desencadenantes de trastornos son biológicos solo en un 30 %; el resto son factores psicológicos, sociales y ambientales.

En el ámbito del trabajo, donde las variables emocionales son capitales, cuando un malestar psicosocial impide a una persona desarrollar su desempeño profesional satisfactoriamente estaríamos ante una cuestión de salud mental laboral, tanto si las causas directas están en el propio trabajo como si los factores causantes del malestar son externos al ámbito estrictamente laboral.

El malestar emocional en el trabajo, en el foco

Es fácil darse cuenta del peso específico del trabajo en nuestra salud mental; con la de horas que le echamos y el empeño que le ponemos, normal. Y el trabajo puede ser, a la vez, una causa de deterioro de la salud mental (el estrés laboral es el ejemplo más claro) y una faceta de nuestra vida en la que una salud mental deteriorada tenga un gran impacto.

Si no bastase con los datos a los que nos referíamos al principio de este artículo, existen también análisis cualitativos y proyecciones que no pueden dejar de preocuparnos. Las condiciones de trabajo deficientes tienen un impacto directo en el malestar emocional; por otro lado, la creciente tecnologización del trabajo supone un desafío para las relaciones interpersonales.

Por estas razones, el bienestar laboral de los empleados se está convirtiendo en una de las prioridades de las organizaciones, porque su impacto es muy significativo tanto en la reducción de problemas (la rotación o el absentismo, por ejemplo) como en el crecimiento de la motivación y el rendimiento. Entran en juego cuestiones materiales, pero también (y, sobre todo, porque son menos visibles) cuestiones de bienestar emocional…

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Una cuestión de prevención

Las políticas y prácticas deben ser tanto correctivas como preventivas, señala Núria Martínez; pero más preventivas que nunca, dado que como decimos la salud mental “no se ve”; y para cuando “se nota”, los estragos ya se han producido y puede ser demasiado tarde para reaccionar (ya han desembocado en ansiedad, depresión, baja productividad, conflicto, baja laboral, etc.).

Así, ¿la salud mental sería una cuestión de prevención de riesgos laborales? Sí, y de hecho entidades como en INSST (en sus NTP centradas en riesgos psicosociales) abordan estas cuestiones. Pero también un tema sensible para el departamento de recursos humanos. Nos interesa ir un pasito más allá.

¿Cómo? Para empezar, con una cultura corporativa afín, es decir, en la que la noción de bienestar mental esté plenamente interiorizada y sea transversal. La transparencia, la autonomía y la inclusión son valores muy interesantes para mantener un clima laboral positivo, que a nivel colectivo es la variable esencial.

Podemos y debemos aspirar a la felicidad en el trabajo

Y Happyforce puede ayudarte a medir objetivamente la situación en tu organización para ayudarte a adoptar la estrategia y tomar las medidas necesarias.

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