Ser feliz en el trabajo; 5 estrategias para intentarlo…

Ser feliz en el trabajo es más que nada cuestión de actitud. Ya, sabemos de sobra que la cosa no es tan sencilla… Pero como verás en este artículo, a la hora de plantearnos estrategias la actitud está siempre en la base de todo lo que hagamos.

Además, esta actitud positiva debería ser parte integrante de nuestra cultura corporativa. Porque si algo tienen en común las cinco estrategias prácticas que te presentamos a continuación es que son transversales a la organización.

¡Pon un poquito de tu parte!

Cuando se habla de las estrategias tendentes a favorecer la felicidad laboral se suele poner el acento en el papel activo que debe adoptar la organización. Estamos al 100 % de acuerdo con ese esfuerzo organizacional, pero recordemos siempre que en este barco estamos todos. Siempre decimos que hay que poner al empleado en el centro… Pues precisamente.

Esto a lo mejor te suena un poco a autoayuda barata, pero para ser feliz en el trabajo pasa como con cualquier otra faceta de la vida: son necesarias actitudes y comportamientos proactivos y con propósito para acercarnos (no alcanzar, que eso se llama Nirvana) a la meta propuesta. Así lo plantean desde la psicología positiva autores como Seligman.

Además, en cuanto empecemos con la lista verás que las estrategias son armas de doble filo; o sea, que implican a jefes y trabajadores, a líderes y colaboradores. Pensamos en un modelo de organización en el que las iniciativas de bienestar laboral parten tanto desde arriba como desde abajo, y se implementan de esa manera que ahora se ha puesto de moda llamar colaborativa; sin colaboración, pueden volverse incluso contraproducentes.

5 estrategias prácticas para ser feliz en el trabajo

Sin más preámbulos, aquí van cinco propuestas articuladas en torno a los factores clave de la felicidad laboral, que van implícitos en cualquier planteamiento sobre la misma.

Colaboración y trabajo en equipo

Aprovechar las oportunidades de trabajar en equipo y colaborar en el seno de la organización, además de ser una muestra de actitud positiva hacia los demás, nos coloca en una situación gratificante si sabemos hacerlo bien.

Este tipo de actividad colaborativa puede encontrarse tanto en las propias dinámicas operativas de trabajo como en otro tipo de actividades, como pueden ser programas corporativos de voluntariado.

Apoyo emocional

Aceptar el apoyo psicológico y emocional que se nos brinda en la organización no siempre resulta tan fácil como pueda parecer. No obstante, nos ayuda a interiorizar una gestión emocional más saludable, lo que redunda en una mejor salud mental.

Estas ocasiones pueden venir “desde arriba” cuando hablamos de iniciativas organizadas, pero también pueden aparecer “desde los lados”, procedentes de nuestros pares, de manera espontánea. En ambos casos, ¡bienvenidas sean!

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Innovación y aprendizaje continuo

Sabemos que la superación de uno mismo y la aproximación a la noción de “maestría” nos llevan a la realización o la eudemonía. Dicho de otra manera: mejorar como profesionales nos motiva deforma intrínseca.

Así, es esencial disfrutar el aprendizaje y el desarrollo. Aparte de las competencias que desarrollemos, fortalecemos una mentalidad abierta a la innovación y al cambio (y mejor dispuesta a gestionar la incertidumbre).

Programas de bienestar

En recursos humanos se vive con frecuencia la frustrante experiencia de poner en marcha iniciativas de wellbeing que no tienen éxito entre los empleados. Y es que a veces ni nos planteamos participar en programas de bienestar

Mal hecho. Pueden ser programas de ejercicio físico, mindfulness y meditación, o de cualquier otra cosa que creamos que en principio no va mucho con nosotros… De nuevo, una actitud abierta solo puede generar un impacto positivo.

Feedback y reconocimiento

Aprender a ofrecer (y a encajar) feedback y reconocimiento es una preocupación mayor en la gestión de talento actual. El impacto de ambos en nuestra percepción de nosotros mismos es capital (y en nuestro rendimiento, también).

Como en tantas cosas, y consideraciones “técnicas” aparte, a esto se aprende haciendo. Feedback y reconocimiento han de ser constructivos (aunque no siempre sean positivos) y regulares (o sea, habituales); pero, sobre todo, que sean bidireccionales.

Bonus: ¡medir la felicidad también ayuda a ser feliz!

Pregunta trampa: ¿qué es más importante, ser feliz en el trabajo o darnos cuenta de ello? No es tontería, cobrar consciencia de nuestro estado y verbalizarlo (sea de forma intima o en abierto) nos lleva un paso más cerca de la felicidad en el trabajo.

Pero aparte hay cuestiones más prosaicas, como el hecho de que, si no mides y preguntas, ¿cómo sabes quién es feliz dentro de la organización, y cuánto, y por qué razones lo es más o lo es menos? Sí, es complicado… Precisamente por eso las herramientas tecnológicas como nuestra plataforma para medir la felicidad son tu mejor aliado.

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